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CONDICIONES EXTREMAS

comentario a la parashá de Shmot (Éxodo 1:1-6:1)

Condiciones Extremas

Era como el embarazo. La gestación. Una temporada en que el embrión crece en unas condiciones especiales, antes de ‘salir al mundo’.

Así nuestro Pueblo tuvo que pasar una época de gestación, dentro del ‘vientre de la madre’ (así lo expresan los Sabios en el Talmud en varios comentarios).

El Creador le había dicho a nuestro padre Avraham, en el Pacto de las Mitades (Génesis 15), que la cuarta generación regresaría a la Tierra Prometida, y mientras tanto debían estar en tierra extraña, en unas condiciones extremas, antes de poder ‘salir al mundo’.

Uno de los motivos mencionados por nuestros Sabios es el de presenciar unas aberraciones familiares, como describe el Libro del Levítico en el capítulo 18 que eran costumbres egipcias y que nosotros debemos ‘vacunarnos’ para no caer en ellas, para ser dignos de la Tierra Santa que el Creador nos ha prometido.

Salir al Mundo

Comienza, pues, el segundo libro de la Torá con una descripción de tales condiciones extremas, la esclavitud y la opresión de que fuimos víctimas en Egipto. Solo entendiendo el profundo significado de cada una de las fases de esta época podemos comenzar a comprender que eran completamente indispensables para forjar el Pueblo, para que luego pudiera ‘salir al mundo’ y llevar a cabo su misión.

Los Sabios del Talmud le dedican mucha atención. Pero, como siempre, precisamente los temas más importantes, los más interesantes, están desperdigados por todo el Talmud y además escondidos en expresiones y en parábolas crípticas. Los Sabios de generaciones más tardías se dedicaron a reunirlas y descifrarlas. Sin duda uno de los mayores clásicos es el Maharal de Praga, en su libro Gvurot Hashem (las Fuerzas del Creador), donde explica detenidamente el significado de los padecimientos y luego de los milagros, hasta culminar ‘el parto’, la salida “del Pueblo de dentro de otro pueblo” (cf. Deuteronomio 4:34).

Los Nombres del Creador

A continuación habla la parashá del encuentro de Moshé con el Creador en la Zarza ardiente. Aquí encontramos el meollo de la cuestión: “cuando hagas salir a este Pueblo de Egipto, adoraréis al Creador sobre este monte”.

Allí aparecen ‘los Nombres’ del Creador: en unas secuencias muy interesantes, e igualmente crípticas, aparecen las cuatro letras del Nombre Divino, el Tetragrama, en diferentes combinaciones, al principio o al final de palabras consecutivas. Son éstas diferentes posibilidades de captación de la Presencia Divina, que deberemos ser capaces de reconocer aún sin haber llegado a ser grandes sabios: unas veces aparece de forma misericordiosa y otras de forma severa. No porque Él cambie caprichosamente de actitud hacia nosotros, sino por ser nosotros quienes hemos cambiado de actitud y nos hemos hecho merecedores de otra respuesta.

Poniendo a Prueba la Profecía

Al final de la parashá vemos ya a Moshé y su hermano Aharón presentándose ante el Faraón, en nombre del Creador, para tramitar la salida del Pueblo.

Aquí debemos comprender que está exigiendo unas pruebas fuera de toda duda de la existencia del Creador. Los egipcios aprendieron por las malas, y nosotros estamos obligados a entenderlo de la experiencia que aquéllos tuvieron. Las fases son exactas en su orden y en su motivo. De nuevo podemos remitirnos al Maharal de Praga para buscar insinuaciones de su significado.

Sin duda las penurias extremas que sufrió nuestro Pueblo hace poco más de medio siglo pueden ser comparadas en algo a las descritas en nuestra parashá. Teniendo en cuenta que la Shoá duró ‘sólo’ unos cinco años, mientras que la opresión en Egipto duró ¡ochenta y seis años!

Un Nuevo Parto

Pero podemos, y debemos, añadir los dos mil años de penurias de nuestro Pueblo en la Diáspora, no siempre con la misma intensidad y extremo, pero penurias al fin y al cabo. Unas penurias que no son en vano, por supuesto, sino que están destinadas igualmente a purificar y a perfeccionar al pueblo, sobre todo en aquellos temas más importantes, referentes a sus futuras misiones.

De aquí, a entender que con el establecimiento del nuevo Estado de Israel en el que los judíos pueden obrar con más independencia, trabajando para desarrollar plenamente sus aptitudes y cualidades, se está produciendo un nuevo ‘parto’ del Pueblo, como ya indican los Profetas al hablar de la Salvación y Retorno del Pueblo a su Patria ancestral.

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