El Gran Shofar
Comentario a la Haftará de Shmot
“Los venideros, echará raíces Yaacov, brotará y florecerá Israel, y llenarán la faz del Universo de fruto”.
Este difícil versículo de la profecía de Yeshayá (Isaías 27:6) abre la Haftará de la parashá de Shmot (27:6 – 28:13; 29:22 – 24).
¿Quiénes son estos ‘venideros’? ¿Se trata de ‘días’ venideros, como opinan unos comentaristas?
¿O son los mismos descendientes de Yaacov, como opina Yonatán ben Uziel? Pero, entonces, los verbos no se corresponden, ya que están unos en singular y el último en plural…
Bueno, así hay muchas profecías, que pasan de singular a plural y viceversa, ya que vienen a expresar varias ideas a la vez. Así, las personas con mentes más abiertas y sin fronteras son capaces de ver un mosaico de ideas desparramadas y van construyendo una perspectiva, que mientras no contradiga el resto de las ideas de la profecía, pueden caber en el consenso.
Está claro el mensaje básico: llegará un momento en que el pueblo de Israel volverá a brotar y a florecer, y llenarán el Universo con sus frutos.
Son varios capítulos que siguen a las duras profecías sobre la destrucción del (Primer) Templo, en los que se presenta una visión del retorno de Israel a su País después del destierro.
Sigue la profecía, unos versículos más adelante, diciendo: “y vosotros seréis recogidos uno a uno, oh hijos de Israel. Sucederá también en aquel día que se tocará un gran shofar, y vendrán los que perdidos en la tierra de Ashur y los apartados en la tierra de Egipto, y adorarán al SEÑOR en el monte santo en Y’rushalayim”.
El gran shofar comenzó a tocar hace ya ciento treinta y cinco años, cuando los judíos yemenitas emprendieron un viaje a pie desde sus hogares a la Tierra de Israel. Ellos seguían la insinuación del versículo de Shir haShirim (Cantar de los Cantares 7:9) “dije: subiré en la palmera”, en que la palabra בתמר ‘btamar’ – ‘en la palmera’ tiene el valor guemátrico de 642, o sea, “subiré (a la Tierra de Israel) en el año (5)642”, que corresponde al 1882.
Desde entonces, el shofar está sonando, llamando a los ‘perdidos’ y a los ‘apartados’ para que regresen a casa.
A lo largo de la Historia del Pueblo de Israel, se han ido ‘perdiendo’ gran cantidad de miembros de nuestra nación: las diez tribus que fueron desterradas hace dos mil quinientos años, y todos aquellos que se fueron asimilando a causa de ‘conversiones’ forzadas al cristianismo y al islam, los que se desprendieron del Pueblo por motivos ideológicos o por las vicisitudes del tiempo.
En estos años van despertando los Bne Anusim, en España y la América Latina, y buscan su identidad usurpada.
El shofar nos llama, a todos y cada uno de nosotros, para que regresemos y echemos raíces, prosperemos y fructifiquemos y llenemos el Universo con nuestros productos, de agricultura, de ciencia, productos físicos y espirituales, intelectuales y artísticos.
